Me llevo una hora contar mi historia a papá y mamá, años de secretos e inseguridad, días y noches de rabia, de no poder compartir quién soy…
Y fue mágico, hacerlos parte de mí, me sentí representante de la historia de muchos, y principalmente protagonista de mi vida, ese momento de intimidad nadie me lo robo y me sentí orgulloso. Entre toda la tristeza del mundo, cuando terminé me sentí libre y hermoso.
Se me vinieron a la mente unas palabras de Borges, que dicen así: “cualquier destino por largo y complicado que sea, consta en realidad de un solo momento...el momento en que el hombre sabe para siempre quién es”. Libre y querido, con todo lo que eso conlleva. Y lo más lindo, lo más significativo vino al día siguiente, cuando papá volvió antes del trabajo, y me trajo mi postre favorito, churros rellenos con dulce de leche bañados en chocolate. Solo para mí. No hay nada más que decir, me abrió el corazón.
Me siento libre y amado, me siento seguro, y quería contártelo, ¿sabes por qué? Porque yo me puse a pensar, en las personas que quiero y me encontré con personas hermosas, por las que siento un vínculo sincero, un pedazo de mí, una amistad que abrazo con calor. Pero cuando pensé en vos...cuando pensé en vos, pensé en escribir, y te escribí, y cuando terminé me leí y no hizo falta decir más nada. Yo amo escribir, verme en palabras, me conecta con lo más profundo de mi ser y me hace más libre, más digno, eso me dejo vivir por años. Y no pude evitarlo, yo no puedo evitar decir que también te amo a vos, así, profundo, libre y sincero, en el medio de todo este desastre, con el cerebro limpio y claro, estoy seguro que no hay persona como vos…te amo como algo más, más allá de esto, de todo, de todos, y aunque pase el tiempo, voy a guardarlo, por siempre, el sentarme con una taza, escribir al sol y pensar en todo esto, en la tranquilidad que me transmite sentirlo y que sea por tu persona. Yo con sinceridad entre mis hojas, te lo dedico, te lo doy, en amor.
Siento, siento ganas de abrazarte fuerte y decirte que no me importa, que para mí lo más lindo es que cuando miro el sol brillar, así de insoportable y doloroso, yo pienso en vos, al igual que cuando te miro a los ojos. Y cuando se va, cuando se va lo extraño, pero sé que a las horas, dormido o brillante vuelve y me hace sonreír.
Lu, es tu forma de moverte y lo que te detiene, es lo mío es tuyo y sos mi hogar. La sensibilidad de encontrar en el mundo, en una misma cara lo más lindo y lo más triste, y cómo lo contemplas. Es tu niñez, tus miedos y el aprender a abrazarlos. Vivir, con dudas pero siempre sintiendo, asombrado. Duro y sensible.
Y me despido porque la razón no me permite seguir, mis manos no me dejan escribir porque no hay nada más que decir, porque esta claro que es amor o es extraño.
“Si te he dicho lo que sentía es precisamente para que te quedes. Lo sabes bien, todo lo que nos desune es en el fondo lo que nos deja vivir tan bien juntos. Si empezáramos a callarnos lo que sentimos, los dos perderíamos la libertad.” J. Cortázar
Y fue mágico, hacerlos parte de mí, me sentí representante de la historia de muchos, y principalmente protagonista de mi vida, ese momento de intimidad nadie me lo robo y me sentí orgulloso. Entre toda la tristeza del mundo, cuando terminé me sentí libre y hermoso.
Se me vinieron a la mente unas palabras de Borges, que dicen así: “cualquier destino por largo y complicado que sea, consta en realidad de un solo momento...el momento en que el hombre sabe para siempre quién es”. Libre y querido, con todo lo que eso conlleva. Y lo más lindo, lo más significativo vino al día siguiente, cuando papá volvió antes del trabajo, y me trajo mi postre favorito, churros rellenos con dulce de leche bañados en chocolate. Solo para mí. No hay nada más que decir, me abrió el corazón.
Me siento libre y amado, me siento seguro, y quería contártelo, ¿sabes por qué? Porque yo me puse a pensar, en las personas que quiero y me encontré con personas hermosas, por las que siento un vínculo sincero, un pedazo de mí, una amistad que abrazo con calor. Pero cuando pensé en vos...cuando pensé en vos, pensé en escribir, y te escribí, y cuando terminé me leí y no hizo falta decir más nada. Yo amo escribir, verme en palabras, me conecta con lo más profundo de mi ser y me hace más libre, más digno, eso me dejo vivir por años. Y no pude evitarlo, yo no puedo evitar decir que también te amo a vos, así, profundo, libre y sincero, en el medio de todo este desastre, con el cerebro limpio y claro, estoy seguro que no hay persona como vos…te amo como algo más, más allá de esto, de todo, de todos, y aunque pase el tiempo, voy a guardarlo, por siempre, el sentarme con una taza, escribir al sol y pensar en todo esto, en la tranquilidad que me transmite sentirlo y que sea por tu persona. Yo con sinceridad entre mis hojas, te lo dedico, te lo doy, en amor.
Siento, siento ganas de abrazarte fuerte y decirte que no me importa, que para mí lo más lindo es que cuando miro el sol brillar, así de insoportable y doloroso, yo pienso en vos, al igual que cuando te miro a los ojos. Y cuando se va, cuando se va lo extraño, pero sé que a las horas, dormido o brillante vuelve y me hace sonreír.
Lu, es tu forma de moverte y lo que te detiene, es lo mío es tuyo y sos mi hogar. La sensibilidad de encontrar en el mundo, en una misma cara lo más lindo y lo más triste, y cómo lo contemplas. Es tu niñez, tus miedos y el aprender a abrazarlos. Vivir, con dudas pero siempre sintiendo, asombrado. Duro y sensible.
Y me despido porque la razón no me permite seguir, mis manos no me dejan escribir porque no hay nada más que decir, porque esta claro que es amor o es extraño.
“Si te he dicho lo que sentía es precisamente para que te quedes. Lo sabes bien, todo lo que nos desune es en el fondo lo que nos deja vivir tan bien juntos. Si empezáramos a callarnos lo que sentimos, los dos perderíamos la libertad.” J. Cortázar
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