Vivir
Sensible. Es la palabra que define mi estado emocional este último tiempo...
Hace unos días tuve mi último modelo de Naciones Unidas, hoy fue la última reunión con los chicos del taller, y me invade una sensación, un vacío que reconozco, el sentimiento de la nostalgia, el agridulce de la vida.
Tantas personas hermosas, con sus sonrisas e ideas, que admiro, otras que ya terminaron pero de igual forma, me marcaron, todos ellos con su personalidad e inteligencia, los vi emocionados, llorando, abrazados, ese espacio que se creó, donde aprendemos del mundo, pero además, y lo más importante, aprendemos de las personas, de las emociones; no hay palabras para explicar el sentimiento humano que viví a través de estos años con estos modelos, las personas maravillosas, el poder que tenemos en la sangre, en la actitud, la información y el papel de ser un país, el debatir, la cultura; todo esto, hoy forma parte de mi vida, son pilares de mí. Me llevo a estas personitas en el corazón, como una de las cosas más importantes del colegio.
Se están cerrando puertas, me cuesta mucho y me costó mucho entenderme este último tiempo, decidirme, darme cuenta que es lo que quiero y lo que me hace feliz, estoy en eso, en entenderme, y este estado, esta sensibilidad que estoy sintiendo me hizo abrir la coraza que no me permitió expresarme como solía hacerlo.
El último día del modelo, entre el cansancio por los días de trabajo y la emoción del micro de vuelta, abrace a una de las personas que más profundo llego a tocar mi corazón, mi hermosa y talentosa Jules, no hay palabras para describir lo gigante que es esta mujercita, tan grande como mi cariño por ella, nos enredamos en un abrazo que nos hizo llorar como si fuera la última vez, y entre esas lágrimas, en el fondo, pensé "Y si es el último recuerdo?"; no puedo comparar el fin con el principio, mi persona al comienzo de esta gran etapa que es el colegio, donde pase la mayor parte de mi vida hasta ahora. Hoy soy un hombre, ese chico con sentimientos pintados, con una imaginación y un hambre por vivir hasta un poco aterrador, hoy vive, quiere, elige sentir por sobre todas las cosas calor, felicidad, el poder dar un abrazo y susurrar un Te quiero. Tengo mucho por aprender, mucho por empezar a hacer, un camino tan largo...
Cierro puertas con una sonrisa, aguantándome las lágrimas de felicidad que brotan desde lo más profundo de mi romántico corazón.
Quiero vivir; a veces es tan difícil, el sentirse pleno, a veces los pequeños detalles no me alcanzan, y otras lo son todo. Vivo con ese sentimiento, con esa costumbre. A veces me percato que siento mucha rabia por la vida, por la gente. Quisiera volver a nacer y no cometer tantos errores, y otras salto porque amo mi vida, porque a pesar de las caídas y cagadas, me permito sentir todo y eso, eso ahora me alcanza.
Estos años, mi vida cambio, deje de callarme cuando una persona me dice que no puedo hacer algo, empecé a quererme, empecé a ser yo sin importar que les gusta, empecé a hablar fuerte y reirme, a informarme y discutir, Nunca más nadie me va a decir que soy incapaz de hacer algo, nunca más nadie me va a decir que no puedo querer algo porque no debo, nadie me va a decir a quien puedo o no amar, soy libre y mis actos lo demuestran, tengo el poder de decidir y armar mi vida, nadie nunca más me va a humillar, nunca.
Todavía me queda mucho por cambiar, mucho por aprender, me conformo y me pongo feliz por reconocer, por llorar y permitirme todo.
Hoy no sé quién soy, qué soy, pero sí sé quiero, que no y por ello voy, por todo lo que me haga sacar una sonrisa y me deje dormirme en paz cada vez que me voy a la cama; hoy me siento orgulloso de mí, un gran paso para un chico que una vez deseo no existir nunca más.
Hace unos días tuve mi último modelo de Naciones Unidas, hoy fue la última reunión con los chicos del taller, y me invade una sensación, un vacío que reconozco, el sentimiento de la nostalgia, el agridulce de la vida.
Tantas personas hermosas, con sus sonrisas e ideas, que admiro, otras que ya terminaron pero de igual forma, me marcaron, todos ellos con su personalidad e inteligencia, los vi emocionados, llorando, abrazados, ese espacio que se creó, donde aprendemos del mundo, pero además, y lo más importante, aprendemos de las personas, de las emociones; no hay palabras para explicar el sentimiento humano que viví a través de estos años con estos modelos, las personas maravillosas, el poder que tenemos en la sangre, en la actitud, la información y el papel de ser un país, el debatir, la cultura; todo esto, hoy forma parte de mi vida, son pilares de mí. Me llevo a estas personitas en el corazón, como una de las cosas más importantes del colegio.
Se están cerrando puertas, me cuesta mucho y me costó mucho entenderme este último tiempo, decidirme, darme cuenta que es lo que quiero y lo que me hace feliz, estoy en eso, en entenderme, y este estado, esta sensibilidad que estoy sintiendo me hizo abrir la coraza que no me permitió expresarme como solía hacerlo.
El último día del modelo, entre el cansancio por los días de trabajo y la emoción del micro de vuelta, abrace a una de las personas que más profundo llego a tocar mi corazón, mi hermosa y talentosa Jules, no hay palabras para describir lo gigante que es esta mujercita, tan grande como mi cariño por ella, nos enredamos en un abrazo que nos hizo llorar como si fuera la última vez, y entre esas lágrimas, en el fondo, pensé "Y si es el último recuerdo?"; no puedo comparar el fin con el principio, mi persona al comienzo de esta gran etapa que es el colegio, donde pase la mayor parte de mi vida hasta ahora. Hoy soy un hombre, ese chico con sentimientos pintados, con una imaginación y un hambre por vivir hasta un poco aterrador, hoy vive, quiere, elige sentir por sobre todas las cosas calor, felicidad, el poder dar un abrazo y susurrar un Te quiero. Tengo mucho por aprender, mucho por empezar a hacer, un camino tan largo...
Cierro puertas con una sonrisa, aguantándome las lágrimas de felicidad que brotan desde lo más profundo de mi romántico corazón.
Quiero vivir; a veces es tan difícil, el sentirse pleno, a veces los pequeños detalles no me alcanzan, y otras lo son todo. Vivo con ese sentimiento, con esa costumbre. A veces me percato que siento mucha rabia por la vida, por la gente. Quisiera volver a nacer y no cometer tantos errores, y otras salto porque amo mi vida, porque a pesar de las caídas y cagadas, me permito sentir todo y eso, eso ahora me alcanza.
Estos años, mi vida cambio, deje de callarme cuando una persona me dice que no puedo hacer algo, empecé a quererme, empecé a ser yo sin importar que les gusta, empecé a hablar fuerte y reirme, a informarme y discutir, Nunca más nadie me va a decir que soy incapaz de hacer algo, nunca más nadie me va a decir que no puedo querer algo porque no debo, nadie me va a decir a quien puedo o no amar, soy libre y mis actos lo demuestran, tengo el poder de decidir y armar mi vida, nadie nunca más me va a humillar, nunca.
Todavía me queda mucho por cambiar, mucho por aprender, me conformo y me pongo feliz por reconocer, por llorar y permitirme todo.
Hoy no sé quién soy, qué soy, pero sí sé quiero, que no y por ello voy, por todo lo que me haga sacar una sonrisa y me deje dormirme en paz cada vez que me voy a la cama; hoy me siento orgulloso de mí, un gran paso para un chico que una vez deseo no existir nunca más.
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