Tiempo

No puedo ignorar la felicidad que me rodea, los momentos de jubilo, las lagrimas de felicidad cuando me da un beso y lo quiero tener adentro mío, la sonrisa de mi abuela y sus caricias que me rozan el alma, me lleno con estos momentos, me hacen infinito; sin embargo, no  puedo ignorar el hielo, el punzante dolor dentro de mí, el dolor del quizá, del amor; de vez en cuando, me encuentro contando estrellas, mirando el techo sin pensar en nada, y me acuerdo de todo, de todos. Me cuesta tanto decir adiós, despedirme, alejarme; me arde como fuego, como hielo, perder amor, amistad.
Nunca estoy fuera de lugar, me adapto, siempre; nunca digo que no, siempre un quizá, siempre guardo esperanza de hacer y ser todo. Este ultimo tiempo estoy distanciado de una amiga que amo con todo mi ser, con fuera, y me duele mucho estar así, pero ya no encuentro puntos en común, y cuando la veo me olvido del tiempo, el espacio y la gente, y la extraño, pero después no, después no.
Quiero gritar cuanto extraño compartir felicidad y lagrimas con aquellos extraños, con esos seres que hicieron de mí y de mis días cosas maravillosas e inolvidables, latentes por siempre en la memoria y mi corazón, pero tengo que dejar ir, porque se acabó.

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