Entradas

Mostrando las entradas de noviembre, 2014

Capítulo 93, Rayuela

Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación de amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero.

Tiempo

No puedo ignorar la felicidad que me rodea, los momentos de jubilo, las lagrimas de felicidad cuando me da un beso y lo quiero tener adentro mío, la sonrisa de mi abuela y sus caricias que me rozan el alma, me lleno con estos momentos, me hacen infinito; sin embargo, no  puedo ignorar el hielo, el punzante dolor dentro de mí, el dolor del quizá, del amor; de vez en cuando, me encuentro contando estrellas, mirando el techo sin pensar en nada, y me acuerdo de todo, de todos. Me cuesta tanto decir adiós, despedirme, alejarme; me arde como fuego, como hielo, perder amor, amistad. Nunca estoy fuera de lugar, me adapto, siempre; nunca digo que no, siempre un quizá, siempre guardo esperanza de hacer y ser todo. Este ultimo tiempo estoy distanciado de una amiga que amo con todo mi ser, con fuera, y me duele mucho estar así, pero ya no encuentro puntos en común, y cuando la veo me olvido del tiempo, el espacio y la gente, y la extraño, pero después no, después no. Quiero gritar cuanto extra...