This is life

Volver a hablar de vos, ya no me hace el mal que me hacía hasta hace algunos meses largos.
Estaba tan involucrado en tu persona, que no me deje un espacio para mí, y me olvidé hasta de subir a respirar.
Fuiste un antes y un después, fuiste parte de ese gran paso que tarde un año en dar y más de uno en superar. Pero de todas formas, siempre te voy a recordar con una sonrisa y como uno de los recuerdos más lindos que pueda tener un corazón adolescente.
Siempre voy a amar la manera en que me mirabas y me hacías girar en el alrededor dulce de leche de tus pupilas, siempre.
Ya no duele, no más, y de todas maneras todavía me haces arder el corazón cuando pienso en tus besos.
De vez en cuando toco las cicatrices con la yema de los dedos y siento la profundidad de un amor no correspondido, un amor de 24hs. que me lleno por unos lindos meses.
Invertí mucho tiempo con métodos para dejarte de querer, pero estos nunca iban a funcionar, porque nunca te voy a dejar de querer acá, en mi corazón.
Y hoy, agradezco ya no formar parte de vos, y mucho más, que ya no formes una parte físicamente dolorosa en mí, sino que más bien de a poco, sos un recuerdo como cualquier otro. Siempre más brillante, siempre, pero no el del dolor punzante.
Te guardo, para mí, siempre.
Te quiero, en el infinito, en otro mundo, por siempre.
Te quise en este, hasta el punto de dejar de ser humano, de ser mi.
Adiós.

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