Marcan la diferencia
A la vista ya lo sé. No quiero sonar superficial, ni nada por el
estilo, pero es como una predicción, es ver su forma de ser amoldada
perfectamente a mis necesidades, a mis delirios, a mi cuerpo, y a mi mente retorcida, es verme bien, feliz. Es reírme
de sus pasos, de sus gestos, es darme cuenta que estoy enamorado cuando estoy
ahogando carcajadas con solo ver su sonrisa, con solo ver sus facciones, con su pelo al Sol, es dejar mis sentimientos ir hasta la superficie y poder verlos reflejados cuando me pierdo en su dirección, cuando me encuentro chocando su cuerpo, observando su hermoso todo. Mis
mañanas tienen colores y oleres a café más intensos cuando siento su esencia. En este momento
se me viene una persona a la cabeza, pero ya lo pase una vez, y no quiero
hablar de esa personas, ni de nadie en particular. Quiero hablar de mí.
Los pequeños detalles hacen la diferencia. Mi personalidad lo
demanda, es lo que siento, y es lo que mi corazón me quiere hacer entender
cuando pierdo la cuenta de mis latidos al ver alguien que me gusta mucho, al
ver alguien que no deja de hacerme reír, que me mira y me hace tartamudear, y
más de mil pequeños detalles, pequeños porque no necesito mucho, porque no pido
mucho. No puedo, y no voy a poder estar con alguien que no me gusta, con alguien
que no me llena, y no me hace querer sentir su presencia cada mañana, cada
noche de verano, porque simplemente, no podría ser feliz, no podría hacer
feliz, no habría brillo en mis ojos, no habrían hoyuelos en mis cachetes cuando hablo, no habría
rastro de amor en mí, no sería yo.
No necesito, no quiero, a un prototipo perfecto, ni mucho menos
alguien que luzca como yo, porque no soportaría alguien como yo, no. No quiero
alguien que brille con el Sol, quiero a alguien que haga que el Sol brille,
alguien que desde el momento que me haga erizar la piel, no me deje ver nada
más que su aura, que su halo, y me haga sentir como...como algo inexplicable.
Cuando encuentro a alguien con estas características, con esta
forma de hacerme sentir, pierdo la vista gorda de todo, y si lo que siento no
es mutuo, me hace muy mal. Pero con el tiempo, aprendí a ignorar, aprendí a
sobrellevar este tipo de cosas, porque la vida sigue, y hay miles de cosas
igual de lindas por sentir, y personas, que no van a ser muchas, pero si
importantes, que te van a hacer sentir un tonto con cara redonda y hoyuelos pronunciados.
Comentarios
Publicar un comentario