-¿Y cómo va la escuela?
-Va. ¿Quieres mis horarios de clase?
-¿Y tus maestros? ¿Hay alguno que...
-Qué banda estoy escuchando en estos días, ¿cierto? Luego puedes sonsacarme si hay o no algún pequeño imbécil en la primera fila que me hace enfermar. De ese modo puedes seguir con cómo todo depende de mí, por supuesto, y a que antes de tener sexo en el recibidor me convendría esperar hasta que esté listo. Y luego, puedes preguntarme sobre las drogas. Con mucho cuidado porque no quieres asustarme metiendo historias en mi cabeza. Así que me contarás cómo fue tu experiencia. Entonces una vez que hayas chupado toda esa botella de vino, puedes humedecer tus ojos y decís lo lindo que es pasar tiempo juntos. Puedes arrimarte y poner tu brazo alrededor de mi hombro, y darle un pequeño apretón.

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