Myself and I.

La estabilidad y las cosas buenas; crean una capa de cristal, que no se ve, pero la siento. La siento cuando el Sol hace arder mi rostro, cuando cierro los ojos y escucho risas, y al abrirlos, puedo ver todo. Desde los ojos más claros, hasta los ojos más sinceros. Desde la felicidad, hasta la leve tristeza. El amor, el lindo dolor de panza después de comer muchas de tus galletitas favoritas, un sentimiento de dependencia, que te deja perdido en sus infinitas pupilas. Mis días son lindos, demasiado lindos, aunque vivo con un dolor en el pecho que trato de ignorar, y es el miedo de perder a mis abuelos, que viene con el miedo del no podre escuchar sus agudas risas, y ese cariño tan especial que liberan de sus poros.
A veces la capa se desliza, me deja expuesto y no puedo hacer nada, solo gritar en mi interior, derramar lágrimas, lagrimas que piden, una vez más, que la capa me proteja, de lo que una vez, atravesó mi piel.

Las palmas de su mano me queman, el roce me provoca escalofríos y tengo ganas de encerrarme en una caja, que se cierre de adentro, que me mantenga seguro, hasta que el cristal se adhiera nuevamente. Soy sensible a las caricias, y los besos fríos me hacen estremecer. Los suspiros me hacen sonrojar, y los ojos sinceros me vuelven tonto. Me gusta crear, y destruir. Sentir el calor que irradia el Sol. Me gustan las sonrisas y las risas, los ojos castaños, y los jeans estilo skinny. Las películas de Angelina Jolie, y las cejas desaliñadas. El color gris, y la piel caribeña. Los pelitos del brazo rubios, y las voces de locutor. No me gustan los sahumerios, pero sí el café. Me gustan los libros de amor, y la gente que sabe contarlos. No me gustan los cumpleaños, pero sí las tortas. Amo la vida, el respirar, pero a veces me agobio, y quiero extirparme el corazón. El frío me hace sentir lindo. Quiero muchas cosas, y mi serie espera mi reproducción , en otro pestaña.