Por mucho que lo intente...


Fragmentos de mi alma se deslizan lentamente por mi mejilla, no soporto mucho tiempo sin saber qué es de tu vida. No sé qué siento, porque tampoco quiero saberlo. Sé que lo que estoy pensando en escribir ahora y hace un tiempo, me va a contradecir en los días lucidos, pero es que estoy atragantado con estás filosas palabras, ¿por qué yo no? ¿por qué no te importo más? Sé que no recibís noticias mías, y que ya ni en tus pensamientos ocupo un lugar, no puedo creer que hayan pasado estos años, estos casi 4 años, que fueron tan duros, tan largos, y sentir que nada de esto paso, o mejor dicho, pensar que nada paso, pero sentir en mi cuerpo y en los ojos de mamá cuando me mira el temor de que todo se repita, y que yo ya no quiera estar más acá. Hoy tengo otra mirada de cómo es la vida, de cómo funciona y que los días malos van a estar y los buenos, obviamente, también. No voy a darle a nadie el derecho sobre mí, pero aún así a veces siento el gran vacío, el espacio en mi cabeza que todavía...tiene su perfume impregnado.
Dejaste un cuerpo vacio, con minas de oro alrededor, y minas de dolor, a un chico de 15 años con muchos proyectos y pocas ganas de hacerlos sin el amor. Ver a personas a mi alrededor que adoran a mis papas, y yo cada dos por tres reteniendo el grito ahogado, reteniendo el dolor que me causaron cuando ignoraron mis lagrimas. Escuchar October, de la banda Evanescence y sentir que Will Boyd escribió parte de la canción para mí. Querer llorar descaradamente como en aquel verano del 2009, querer ser feliz como en septiembre de ese mismo año, y borrar de la faz de la tierra el mismísimo octubre.
Mil veces más podría tratar de describir con palabras lo que siento, pero no tengo las fuerzas y no quiero, revolver los recuerdos, porque ya no es 2009 y ya no soy parte de su vida.

Comentarios

Publicar un comentario