No tenes que ser perfecto

Fragmentos de mi alma se deslizan lentamente por mi mejilla, no soporto mucho tiempo sin saber qué es de tu vida. No sé qué siento, porque tampoco quiero saberlo. Sé que lo que estoy pensando en escribir ahora y hace un tiempo, me va a contradecir en los días lucidos, pero es que estoy atragantado con estás filosas palabras, ¿por qué yo no? ¿por qué no te importo más? Sé que no recibís noticias mías, y que ya ni en tus pensamientos ocupo un lugar, no puedo creer que hayan pasado estos años, estos casi 4 años, que fueron tan duros, tan largos, y sentir que nada de esto paso, o mejor dicho, pensar que nada paso, pero sentir en mi cuerpo y en los ojos de mamá cuando me mira el temor de que todo se repita, y que yo ya no quiera estar más acá. Hoy tengo otra mirada de cómo es la vida, de cómo funciona y que los días malos van a estar y los buenos, obviamente, también. No voy a darle a nadie el derecho sobre mí, pero aún así a veces siento el gran vacío, el espacio en mi cabeza que todavía...

Pudimos haber sido felices. Pudimos haberlo tenido todo, pudimos. No sé por qué me pongo a pensar en esto, porque salto Porta en mi reproductor, e ignore el dolor, que aunque muy fantasioso suene, duele en el pecho, como una puñalada, no voy a pensar, no quiero pensar, no quiero pensar en vos, porque no importa que hubiera pasado, las cosas están así y están así, tratar de cambiar lo que pase y no lo que paso. Mi vida está bien, las cosas están bien, y trato de hacer lo mejor para mejorar. Me duele alejarme de personas que me importan, o que me ayudaron mucho, pero a veces no logro ubicarlos en mi vida,   en mis planes, a veces el cariño, o las ganas, no ayudan, a veces faltan cosas y sobra cariño. Hoy en día aprendo día a día, de risas, de palabras, de alguna que otra lagrima, aunque ya no lloro nunca, excepto ahora mientras escucho música que me pone sentimental porque extraño a Orne, y a muchas otras personas. Perdón a muchos, por ser muy pelotudo, por creer sabérmela toda...