[....]
-Me preocupa lo que no te oigo decir.
-Tal vez no me escuchas.
-Sí, yo te escucho. No hay una gota de emoción, ni el más mínimo entusiasmo. Demuestran la misma pasión que dos pingüinos. ¿Dónde está tu arrebato? Quiero verte flotar, cantar apasionadamente, bailar en éxtasis.
-¿Nada más?
-Sí, que seas delirantemente feliz, o dispuesta a serlo.
-Está bien, delirantemente feliz. Haré lo posible.
-Sé que suena cursi...pero el amor es pasión...es obsesión, es no vivir si ese alguien falta. Pierde la cabeza. Enamórate locamente de alguien que te ame de igual manera. ¿Cómo encontrarlo? Olvida el intelecto y hazle caso al corazón. No lo oigo en tu corazón. Lo cierto es que sin eso, la vida no tiene sentido. Llegar al final del largo viaje sin haber amado...sería como no haber vivido. Tienes que intentarlo, porque si no lo intentas, no habrás vivido.
[....]
-Perdóname. Bueno, vuelve a decírmelo, pero la versión abreviada.
-Está bien. No te cierres. Nunca se sabe. Podría abrirse el cielo.

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