El clavo de oro
Te extraño, porque me acostumbre a tu forma y creo que nunca me voy a poder sacar esa costumbre, porque la gente me decía que con el tiempo se iba a ir, pero no, yo sigo necesitando ese abrazo como nada en este mundo, desde hace años. Me dejaste con un corazón roto, y costumbres que ya son parte de mí, que son mías como las hojas que están en el escritorio con mi nombre... El tiempo pasa y me da escalofríos saber que hace 4 años mi vida dio un giro sin fin, que no para, que se cansa, pero aun así, se mantiene en su mismo eje. Por más personas que conozco, yo sigo prefiriendo tu olor.